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Gestión del riesgo y decisiones

septiembre 30, 2024
Gestión del riesgo y decisiones

Como montañeros tenemos que aprender cual es la mejor Gestión del riesgo y decisiones válidas para afrontarlo.

La gestión del riesgo en la montaña es una habilidad que se desarrolla con la experiencia, pero también con la preparación y el análisis continuo. Tomar decisiones acertadas en situaciones de riesgo es clave para mantenerte a salvo, a ti y a tu equipo.

Gestión del riesgo y toma de decisiones
en la montaña.

Índice

El alpinismo, la escalada y el senderismo son actividades fascinantes que ofrecen la oportunidad de explorar paisajes impresionantes y enfrentar desafíos únicos. Sin embargo, estos deportes también conllevan riesgos inherentes.

Saber cómo gestionar el riesgo y tomar decisiones acertadas en situaciones críticas es una habilidad vital que puede marcar la diferencia entre una jornada exitosa y una situación peligrosa.

En este artículo, abordamos cómo identificar los peligros potenciales, evaluar las condiciones y tomar decisiones responsables que te mantengan a salvo en la montaña.

Normal al Besiberri Norte
Peligro en bajada


Seguridad en Montaña

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1. La importancia de la evaluación continua

Uno de los mayores errores que se cometen en la montaña es suponer que el entorno es estático. Las condiciones cambian constantemente, desde el clima hasta el estado físico de los miembros del equipo o la dificultad técnica del terreno.

Por eso, la evaluación del riesgo no es un proceso único que se realiza antes de salir, sino un análisis continuo que debe hacerse a lo largo de toda la actividad.

2. Factores a tener en cuenta

Para gestionar correctamente el riesgo, es necesario evaluar varios factores clave:

  • Condiciones meteorológicas: Las tormentas, la nieve, el viento fuerte o el calor extremo pueden cambiar radicalmente el nivel de riesgo. Mantén siempre un ojo en el cielo y otro en el pronóstico.
  • Condiciones del terreno: Las condiciones del terreno pueden variar rápidamente. Caminos resbaladizos por hielo o lluvia, grietas ocultas en glaciares, desprendimientos de rocas y zonas de avalanchas deben ser identificados con antelación.
  • Estado físico y mental del equipo: La fatiga puede hacer que los errores aumenten. El agotamiento físico o mental en uno mismo o en los compañeros de grupo es un factor de riesgo importante. Evalúa regularmente cómo se encuentra cada miembro.
  • Tiempo disponible: En la montaña, el tiempo es crucial. Si el avance es más lento de lo esperado o se presenta un imprevisto, reconsidera tus planes y no dudes en tomar decisiones drásticas como dar la vuelta.

3. Estrategia para la toma de decisiones

La gestión del riesgo implica una toma de decisiones inteligente basada en los datos que se van recolectando. Aquí te presentamos una estrategia básica que puedes seguir:

  • Evalúa la situación: Haz una pausa y observa las condiciones a tu alrededor. Considera la meteorología, el estado del terreno y el bienestar de los miembros de tu equipo.
  • Identifica las opciones: Siempre hay más de una forma de proceder. Tal vez puedas continuar hacia tu objetivo, modificar tu ruta o decidir dar la vuelta. No todas las decisiones son obvias, así que tómate un momento para reflexionar sobre las alternativas.
  • Asume la consecuencia del peor escenario: Antes de tomar una decisión, pregúntate cuál es el peor desenlace posible. Si la respuesta incluye el riesgo de lesiones graves o la muerte, no es la opción correcta.
  • Comparte la decisión con el equipo: En actividades de montaña, es fundamental que las decisiones se tomen de forma consensuada. Asegúrate de que todos los miembros del grupo estén informados, comprendan el plan y se sientan cómodos con él.

4. El «síndrome de la cumbre» y el ego

Uno de los mayores peligros en la toma de decisiones en la montaña es el llamado «síndrome de la cumbre». Este fenómeno ocurre cuando el deseo de alcanzar la cima nubla el juicio y lleva a ignorar signos evidentes de peligro. Los alpinistas experimentados saben que la cumbre no es el objetivo final: la meta es regresar con seguridad.

El ego puede ser un gran enemigo en la montaña. Insistir en continuar cuando las condiciones no son favorables, por orgullo o por temor a «fallar», puede llevar a situaciones extremadamente peligrosas. Saber cuándo retirarse no es un signo de debilidad, sino una muestra de madurez y respeto por el entorno.

5. ¿Cuándo es momento de retroceder?

Una de las decisiones más difíciles de tomar es la de abandonar una ruta o renunciar a la cumbre. Aunque puede parecer una derrota, retroceder es a menudo la mejor opción cuando las condiciones no son seguras. Aquí algunos indicadores de que es momento de dar media vuelta:

  • El clima empeora de forma inesperada.
  • La visibilidad se reduce drásticamente.
  • Las condiciones del terreno se vuelven intransitables o peligrosas (rocas sueltas, hielo inesperado, etc.).
  • Un miembro del equipo está lesionado o demasiado fatigado para continuar de forma segura.
  • Estás fuera del tiempo planificado y no hay suficiente luz natural para completar la actividad.

6. Mantén la calma y sé flexible

Tomar decisiones bajo presión puede ser difícil. En la montaña, es vital mantener la calma y no tomar decisiones apresuradas. La flexibilidad es esencial; si los planes cambian, adáptate. Los montañistas más exitosos no son aquellos que siempre llegan a la cima, sino aquellos que saben cuándo detenerse y cómo regresar a salvo.

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