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Senderismo en Tahití

octubre 20, 2025
Senderismo en Tahití

Hacer Senderismo en Tahití es convertir en aventura la belleza de un paisaje único y sin igual

El Senderismo en Tahití

Índice

Cuando uno piensa en Tahití, la primera imagen que viene a la cabeza son playas blancas, cocoteros y lagunas turquesa.

Pero detrás de ese paraíso de postal hay otro mundo: una isla volcánica, cubierta de jungla, atravesada por valles profundos y montañas afiladas que parecen tocar las nubes.
Y ahí, entre la humedad del trópico y el olor a tierra mojada, empieza la verdadera aventura para los amantes del senderismo.

Viajar a Tahití

Senderismo en Tahití
Boletín de la Montaña


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Una isla que se conquista paso a paso

Tahití no se recorre, se camina. Cada sendero guarda una historia, un reto, un paisaje que te deja sin aliento. Desde los caminos fáciles entre jardines tropicales hasta ascensiones que ponen a prueba la resistencia más curtida.

Estas son algunas de las rutas más impresionantes para sentir la isla desde dentro:

Senderismo en Tahití

Cinco Rutas de Senderismo en Tahití

Te mostramos cinco de los mejores ejemplos de Senderismo en Tahití disfruta, sueña y viaja hasta ellos

1. Ascensión al Monte Orohena – el techo de Tahití

Con sus 2.241 metros de altura, el Orohena es el punto más alto de la Polinesia Francesa. Su ascenso no es fácil: se parte desde Mahina, entre selvas densas y crestas estrechas que obligan a mirar cada paso.
Pero cuando llegas a la cima y ves el océano rodeándote por los cuatro costados, entiendes por qué muchos lo llaman “el corazón de la isla”.
Es una ruta exigente, recomendada solo para montañeros experimentados o con guía local, pero una de esas experiencias que no se olvidan jamás.


2. El Monte Aorai – una travesía entre las nubes

El Aorai (2.066 m) es la tercera montaña más alta de Tahití y, probablemente, la más fotogénica. Su sendero serpentea por crestas verdes y pasos estrechos, con vistas vertiginosas sobre los valles de Papeete.
Hay refugios donde puedes pernoctar y ver el amanecer desde arriba, con el mar teñido de rosa. Es una caminata intensa, con cuerdas en algunos tramos, pero pura magia para quienes aman la montaña tropical.


3. El Valle de Fautaua – cascadas, historia y selva viva

A solo unos minutos de Papeete, este valle guarda una de las rutas más populares y espectaculares de la isla.
El sendero se adentra en una jungla húmeda donde el aire huele a flores y a tierra. Tras un par de horas de caminata, aparece la cascada de Fautaua, de casi 300 metros de altura, cayendo entre acantilados cubiertos de musgo.
Se necesita permiso para entrar, pero merece la pena. Es naturaleza en estado puro.


4. Parque Natural de Te Faaiti – el alma verde de Tahití

Este parque territorial es un paraíso de vegetación endémica, pájaros y pequeñas cascadas escondidas. Los senderos son más accesibles y perfectos para quienes buscan un día tranquilo en contacto con la naturaleza.
Caminar por Te Faaiti es escuchar el rumor del agua, el canto de las aves y sentirse parte del bosque.


5. Jardines de Vaipahi – belleza sin esfuerzo

En la costa sur, los Jardines de Vaipahi ofrecen varias rutas sencillas entre riachuelos, lagunas y flores tropicales.
Aquí el senderismo se vuelve más pausado: ideal para quienes viajan en familia o quieren disfrutar del entorno sin grandes desniveles.
Y si te sientas junto al lago a escuchar el viento entre las hojas, entenderás por qué Tahití enamora a cualquiera.

SEnderismo

Consejos para caminar seguro en Tahití

  • Evita las lluvias: en temporada húmeda los caminos se vuelven resbaladizos y los ríos pueden crecer de golpe.
  • Ve con guía si no conoces bien el terreno. No es un lujo: es una garantía.
  • Lleva calzado con buen agarre, protección solar, agua abundante y repelente.
  • Respeta la naturaleza: muchos caminos atraviesan áreas protegidas y sagradas para los locales.
Senderismo en Tahití

Un paraíso para los que aman perderse y encontrarse…

El senderismo en Tahití no es solo una actividad: es una forma de mirar la isla de otra manera.
Caminar aquí es sudar, resbalar, reír, sentir el rugido del agua, oír tus propios pasos entre helechos gigantes y, de repente, encontrarte frente a una vista que corta la respiración.

Quizá por eso, quienes han hecho trekking en Tahití no hablan solo de rutas, sino de experiencias que les cambiaron la forma de viajar.
Porque sí: Tahití es mar, pero también montaña, jungla y corazón.

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