Hoy nos aventuramos a las alturas más escalofriantes de la Tierra, donde los sueños de conquista se entrelazan con los escalofríos de la muerte.
Sí, hablo del majestuoso Monte Everest, esa mole de roca y hielo que desafía a los valientes y hace que nuestras piernas tiemblen haciendo la moto sin freno posible.
El Everest: Más que una Montaña
El Monte Everest es como el premio final para muchos. Si fueran videojuegos, sería el nivel legendario que solo los más experimentados pueden desbloquear.
Pero aquí no hay reinícios ni vidas extra. Solo tú, tus crampones y la posibilidad de convertirte en un glorioso cadáver congelado.
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¿Sabías que los puntos de referencia en el Everest no son simples coordenadas GPS? No, amigo mío, son algo mucho más siniestro.
Son cadáveres. Sí, esos pobres que se atrevieron a desafiar a la montaña y perdieron. Ahora, sus cuerpos yacen allá arriba, señalando el camino a los vivos. “¿Ves ese brazo congelado? Gira a la izquierda. Si ves dos piernas, estás yendo en la dirección equivocada”.
Permíteme presentarte a algunos de nuestros inmortales compañeros:
Botas Verdes, el Enigma: Todo un clásico este montañero indio fue referente durante muchos años en la ruta del Everest. En mayo de 2014, desapareció misteriosamente y se presumió que fue sepultado por sherpas o montañeros chinos. Sin embargo, en 2017 fue redescubierto y enterrado definitivamente por el equipo de Alexander Abramov.
La Bella Durmiente: En mayo de 1998, Francys Arsentiev se convirtió en la primera mujer estadounidense en alcanzar la cima del Monte Everest sin oxígeno. Sin embargo, falleció durante el descenso dos días después. Cathy O’Dowd y su equipo la asistieron, pero tuvieron que dejarla tras más de una hora, escuchando sus súplicas mientras se alejaban.
La Canadiense: Shriya, una alpinista canadiense de 33 años, perdió la vida en 2012 junto a dos compañeros mientras intentaban escalar el Monte Everest. Se presume que todos fallecieron a causa del agotamiento y el mal de altura. El cuerpo de Shriya fue encontrado por los sherpas a 8.300 metros sobre el nivel del mar.
El Que Saluda: El Saludador, apodado así debido a su posición petrificada con los brazos en gesto de saludo, es uno de los primeros y más conocidos cadáveres que se encuentran durante la ascensión al Everest. Permanece en esa posición desde 1997.
La “Zona Muerta”
A partir de los 8 mil metros, entra en juego la temida “zona muerta”. No, no es un club nocturno para fantasmas. Es una región donde el oxígeno es tan escaso que tus pulmones se rebelan y tus células empiezan a hacer huelga. Aquí, los alpinistas se tambalean como borrachos, y si no tienes cuidado, te unirás al exclusivo club de los “cadáveres congelados VIP”.
El Frío, tu Peor Enemigo
¿Recuerdas esos -60°C en los días más fríos? Bueno, eso es solo el aperitivo. El Everest te sirve un menú completo de congelación: dedos que se convierten en cubitos de hielo, narices que se caen como fichas de dominó y lenguas que se pegan al metal de tus botas. ¡Delicioso!
Así que, queridos alpinistas, si buscan emociones fuertes, vistas impresionantes y la posibilidad de convertirse en una estatua de hielo con estilo, el Everest les espera.
Y recuerden: “No es la montaña la que te vence, sino tus decisiones estúpidas”…
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